Se reunió Ricardo Alarcón con diputados salvadoreños

12 Oct

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SAN SALVADOR, 11 de octubre.— El presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, sostuvo hoy un encuentro con los miembros de la Junta Directiva de la Asamblea Legislativa de El Salvador.

Sigfrido Reyes, vicepresidente de la Asamblea Legislativa de El Salvador, saludó al Presidente del Parlamento cubano.
Sigfrido Reyes, vicepresidente de la Asamblea Legislativa de El Salvador, saludó al Presidente del Parlamento cubano.

Alarcón fue recibido inicialmente por el presidente de ese órgano del Estado, Ciro Cruz Zepeda, y con posterioridad por los vicepresidentes e integrantes de la Junta, tanto del oficialismo como de la oposición.

Los vicepresidentes de la Asamblea, Wilfredo Reyes y Roberto Lorenzana, agradecieron durante el encuentro la solidaridad de Cuba con el pueblo salvadoreño, en especial en áreas tan importantes como la Salud y la Educación, y se pronunciaron además por el estrechamiento de los vínculos entre los dos parlamentos.

Alarcón asistió este lunes a la inauguración de la 29 reunión plenaria de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPPAL), que se extenderá hasta hoy.

En su discurso, el líder parlamentario cubano afirmó que la política de Estados Unidos hacia la mayor de las Antillas no ha cambiado, pese al lenguaje más suave de la Casa Blanca, y que esa guerra económica no se resuelve con buenas palabras, sino con acciones que dependen en cierta medida del presidente de Estados Unidos y en gran medida, del Congreso de esa nación.

Alarcón agradeció la solidaridad que la COPPPAL y sus partidos miembros han mantenido con Cuba y su demanda de libertad para los Cinco.

Recordó que Washington mantiene su protección a terroristas confesos como Luis Posada Carriles, responsable de la voladura de un avión civil cubano en 1976, crimen aún sin castigo, mientras mantiene encarcelados a los Cinco por luchar contra el terrorismo.

Alarcón apuntó que América Latina, como sostiene el presidente de Ecuador, Rafael Correa, no vive una época de cambios, sino un cambio de época.

 

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